La cena inolvidable...
Fue la primera noche en caracas...
Había amanecido. Ramón estaba claro a que había ido.
Cuestión de negocios religiosos relacionados con la semana santa.
Donde mucha gentes gasta en nombre de la fe religiosa. Pero esto era negocio en momentos de crisis.
Bajan muy temprano cerro abajo hasta llegar a la plaza la candelaria. Lugar por donde pasa la procesión de aquellos que si pagan sus promesas, pero también es un lugar donde se amontonan muchos buhoneros de oficios para hacer vibrar la tradición con la venta de imágenes de todo tipo.
Mirra, carbón y estoraque era lo que mas se vendía, ademas era muy económico. Una de las hermanas que ya estaba bien montada en el negocio le presta 20 bolívares para empezar. La mercancía la vendían pasando nuevo circo.
El Caraqueño le dice a Ramón: Mire bien, porque mas tarde viene usted solo a comprar.
Ese día fue como cuatro veces a comprar los carbones que eran los que mas se vendían. Hicieron 80 bolívares ese día, pagaron los 20 para el préstamo, se comieron 20 y dejaron 40 para invertirlo al día siguiente que según iba a estar mejor.
Dice Ramón: "Aquella noche nos fuimos a casa de su hermana que vivía en la orilla de una avenida frente a un hospital".
Esa noche se terminó el gas y no había donde comprarlo por ser día santo. Comenzaron a buscar leña en caracas, que cosa tan difícil. Pero si se encuentra. Algunos guacales rotos, cajas y plástico bastó para hacer un fogón en la orilla de la avenida. Unos bollos con huevos sancochado y mantequilla serian la cena inolvidable...
Su hermana le pregunta: ¿por que has traído ese muchacho por ahí a pasar necesidad.?
A la cual el "Caraqueño" respondió: Ese es un hombre que tiene mujer e hijo y viene dispuesto a trabajar. Respuesta que la tranquilizó.
Le acomodan una colchoneta en medio de la sala. Esa noche estaba mas tranquilo, mas en confianza, sin embargo el ruido de las gandolas, carros y motos que pasaban a escasos dos metros de la colchoneta, No le dejaron dormir, dice que fue otra larga noche y le pedía a Dios que no permitiera que ningún chofer borracho saltara la baranda de contención y la fina pared de bloques sin frisar, hasta donde estaba él.
Cuando se duerme en el suelo y en medio de la sala, tiendes a ser el primero en levantarte, precisamente porque estás atravesado en medio de la sala y te pueden pisar en cualquier momento.
Ese día se levantó a las 5:15 de la mañana, bien trasnochado, se fueron temprano al puesto de trabajo.
Ese día pasó algo impresionante que Ramón lo recuerda como una señal de algo especial que tienen algunas personas...
Había amanecido. Ramón estaba claro a que había ido.
Cuestión de negocios religiosos relacionados con la semana santa.
Donde mucha gentes gasta en nombre de la fe religiosa. Pero esto era negocio en momentos de crisis.
Bajan muy temprano cerro abajo hasta llegar a la plaza la candelaria. Lugar por donde pasa la procesión de aquellos que si pagan sus promesas, pero también es un lugar donde se amontonan muchos buhoneros de oficios para hacer vibrar la tradición con la venta de imágenes de todo tipo.
Mirra, carbón y estoraque era lo que mas se vendía, ademas era muy económico. Una de las hermanas que ya estaba bien montada en el negocio le presta 20 bolívares para empezar. La mercancía la vendían pasando nuevo circo.
El Caraqueño le dice a Ramón: Mire bien, porque mas tarde viene usted solo a comprar.
Ese día fue como cuatro veces a comprar los carbones que eran los que mas se vendían. Hicieron 80 bolívares ese día, pagaron los 20 para el préstamo, se comieron 20 y dejaron 40 para invertirlo al día siguiente que según iba a estar mejor.
Dice Ramón: "Aquella noche nos fuimos a casa de su hermana que vivía en la orilla de una avenida frente a un hospital".
Esa noche se terminó el gas y no había donde comprarlo por ser día santo. Comenzaron a buscar leña en caracas, que cosa tan difícil. Pero si se encuentra. Algunos guacales rotos, cajas y plástico bastó para hacer un fogón en la orilla de la avenida. Unos bollos con huevos sancochado y mantequilla serian la cena inolvidable...
Su hermana le pregunta: ¿por que has traído ese muchacho por ahí a pasar necesidad.?
A la cual el "Caraqueño" respondió: Ese es un hombre que tiene mujer e hijo y viene dispuesto a trabajar. Respuesta que la tranquilizó.
Le acomodan una colchoneta en medio de la sala. Esa noche estaba mas tranquilo, mas en confianza, sin embargo el ruido de las gandolas, carros y motos que pasaban a escasos dos metros de la colchoneta, No le dejaron dormir, dice que fue otra larga noche y le pedía a Dios que no permitiera que ningún chofer borracho saltara la baranda de contención y la fina pared de bloques sin frisar, hasta donde estaba él.
Cuando se duerme en el suelo y en medio de la sala, tiendes a ser el primero en levantarte, precisamente porque estás atravesado en medio de la sala y te pueden pisar en cualquier momento.
Ese día se levantó a las 5:15 de la mañana, bien trasnochado, se fueron temprano al puesto de trabajo.
Ese día pasó algo impresionante que Ramón lo recuerda como una señal de algo especial que tienen algunas personas...
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