Adiós... Díjo sin despedirse...
La ultimas vez que lo vi,
iba cruzando la avenida,
tenía varios días sin regresar a casa,
los perros no lo dejaban,
no le daban tregua,
cuando oía el ruido del vehículo se acercaba receloso,
buscando que le rascarán la barriga,
pero no era todos los días,
solo cuando coincidía con la suerte que ambos lograban verse,
una tarde amanecería muerto,
la tristeza tambien mata.
Es más peligrosa que el cáncer, no podía evitarla,
se había marchado a otros rumbos,
ya no le interesaba nada de los que un día lo habían alimentado,
¡ adíos dijo sin despedirse!
solo al viento,
dejando que sus palabras fuerán y reposarán en aquellos que algún día lo habían querido.
iba cruzando la avenida,
tenía varios días sin regresar a casa,
los perros no lo dejaban,
no le daban tregua,
cuando oía el ruido del vehículo se acercaba receloso,
buscando que le rascarán la barriga,
pero no era todos los días,
solo cuando coincidía con la suerte que ambos lograban verse,
una tarde amanecería muerto,
la tristeza tambien mata.
Es más peligrosa que el cáncer, no podía evitarla,
se había marchado a otros rumbos,
ya no le interesaba nada de los que un día lo habían alimentado,
¡ adíos dijo sin despedirse!
solo al viento,
dejando que sus palabras fuerán y reposarán en aquellos que algún día lo habían querido.
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