El Agresor...

Ese día, habia sucedido algo extraordinario...

Sin embargo, el atacante quiso empañar para robarle la bendición.

Un hombre que desde temprano venía viendo todo lo que sucedía alrededor de Ramón, y observaba cada venta, cada transación, era su oportunidad.

Esperaría el momento. Las bendiciones se comparten, pero él la quería toda.
No dudaría en quitársela.

¡ Quieto ! ¡Dame todo lo que tienes o te quiebro!.
Le dijo en tono amenazador...

Ramón sorprendido y extrañado lo mira fijo pero sin obedecer a su reclamo.
El hombre se le avalanza encima para arrebatarle su pocesión.

¿Que le pasa a éste, se las fumó verde?
Dijo una señora que lo conocía y que trabajaba en el lugar...

Él mantiene su calma, sabiendo que el hombre no anda en sus cabales, pero precavido y atento se resguarda los bolsillos donde estaba el dinero.

El agresor intante agarrarlo cual presa que se esquiva, le toma uno de los bolsillos y quiere despojarlo a la fuerza, forcejean un rato, de manera que no pueda tomar lo que desea.

Se percata que simplemente esta usando la palabra y no un arma. La intimidacion y la psicologia son sus armamentos que no hacen mella en la mente de ramón, acostumbrado a la trata de borrachos, choros y malandrines que se inventa un pequeño discurso para sus propagangas lisonjeras.

Yo trabajo aqui y tu no me vas a robar a mi. Le dijo Ramón en tono amenazador y con caracter.

El caraqueño que no se le habia visto durante casi todo el dia, saltó como un tigre hacia el agresor, luego sus sobrinos hermana y amigos le cáen encima al agresor, quitandoselo a ramón, lo llevan fuera de la plaza la candelaria y le dan su merecido. Cuatro patadas y unos cuantos vituperios. Dejandolo moribundo.
 
Era otro dia en Caracas, otra noche mas ligera, esa noche pasó muy rapido, solo con la idea de regresar a su tierra.

 45 bolivares tenían el sabado en la mañana. Ese dia el hijo menor del caraqueño decide venirse tambien a Yaracuy.

El pasaje costaba 15 bolivares, los cuales tenian solo para venirse, sin traer nada de dinero de regreso, solo una experiencia inolvidable de saber que en momentos de angustia, crisis u oportunidad, hay que pensarlo bien...
Que decida tu carazon y no tu mente. Ella vuela rapido, hace y deshace.

Dice el proverbio que: "Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón; porque de el mana la vida"...

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