Te miro seguir, Auschwitz.

Te miro seguir, Auschwitz.
Cruzando las distancias, los espacios, la historia,
los rincones y las ruinas te recuerdan, cerca o lejos.
Aquellos días que esperamos no vuelvan, ¡ qué alegria !.
No se quedará callado tu refugio, el silencio.

Te miro pasar, Auschwitz.
Caminando sin palabras por los abecedarios y los idiomas,
te miro pasar por los pasillos del hospital, por las calles, la esquina.
Las escuelas, alcaldias, gobernaciones, universidades y templos, te han alojado.
Ya no te importa si es Judio o natural.

Te miro seguir, Auschwitz.
Te escucho en las hondas radiales, promocionando tu musica pagana.
Pudiste haber estado en el quijote o la odisea; quizás te hubieran amado nueve millones de personas,
al leerte en la  poesia, las aventuras o novelas.
Decidiste la historia para darte a conocer.

Te miro seguir, Auschwitz.
Sin mirar hacia atrás, sin tocar la puerta que te desvela,
solitarias noches tendrás que pasar, 
a mirar en penumbras y en letras, 
quizas sean ellas, las que te reciban el verte caminar.

Te miro seguir, Auschwitz.
Te miro en televisión con tus programas para niños.
En el humo, en el dolor, en el polvo del viento.
Tribulacion has dejado a tu paso, sacando ventaja del momento.
¿Por qué te acercas cuando menos te esperan?
Ya demostraste lo que puedes hacer.
Libérate de tu trabajo, marchate y no regreses.

Te miro pasar, Auschwitz.
Con hombres, mujeres y niños, en tus vuelos por Irak.
Presentando vacaciones eternas en tus paquetes disfrasados,
Se cansó de ti, Necros, la cicuta y la cruxificción.
Si el silencio hablara, que dirá de ti, será mejor no volvernos a ver, 
cuando te miro seguir; Auschwitz...

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