La Puerta de Hierro...
Había llovido mucho, los caminos estaban embarrialados,
largo camino nos esperaba, la carretera de tierra había que caminarla bajando hasta el paso del río.
-Camínen, camínen, que tenemos que llegar al otro lado-
Decía mi tio; con paso firme y decidido. Era un hombre acostumbrado a caminar en el barro.
-Apurense-
Decía el otro tío que siempre le acompañaba de lejos. Había perdido mucho tiempo y ahora andaba apurado.
-Y falta mucho todavia-
Decía mi madre, como sabiendo de antemano el recorrido. Los pasos de la experiencia y la tranquilidad le ayudaban a caminar confiada.
Ellos iban delante caminando sin importarle el barro, su destino era cruzar el río.
Yo iba detras poco a poco caminando con una puerta de hierro en mis hombros, por el camino de barro, observando mi alrededor y llevando mi carga.
¿Qué vas hacer con esa puerta? me preguntó mi tio.
La necesito, tengo que llevarla al otro lado.
Respondí. Y seguí caminando sin desmayar.
Muchas veces queremos desacernos de nuestras cargas, porque el camino esta lleno de lodo, y no hay quien te ayude, solo tu y tu carga.
Y muchos te cuestionan y te dicen: deja eso, para qué vas a llevar esa carga, sueltala.
Pero solo tu sabes que esa carga es tu salvación despues de pasar el rio, y sabes que la necesitas, y haces el esfuerzo sobrehumano para llevar tu carga que te va a garantizar protección y seguridad para ti y los tuyos.
Pero tienes que caminar con tu carga y pasar el río, no puedes abandonarla porque despues tendrás que regresarte a buscarla y quizás ya no la encuentres...
Sigue caminando con tu puerta de hierro hasta cruzar el río.
Nos vemos del otro lado del río...
Las puertas son perlas...
El camino es de oro puro transparente como vídrio...
"Sus puertas nunca serán cerradas de día, pues allí no habrá noche."
largo camino nos esperaba, la carretera de tierra había que caminarla bajando hasta el paso del río.
-Camínen, camínen, que tenemos que llegar al otro lado-
Decía mi tio; con paso firme y decidido. Era un hombre acostumbrado a caminar en el barro.
-Apurense-
Decía el otro tío que siempre le acompañaba de lejos. Había perdido mucho tiempo y ahora andaba apurado.
-Y falta mucho todavia-
Decía mi madre, como sabiendo de antemano el recorrido. Los pasos de la experiencia y la tranquilidad le ayudaban a caminar confiada.
Ellos iban delante caminando sin importarle el barro, su destino era cruzar el río.
Yo iba detras poco a poco caminando con una puerta de hierro en mis hombros, por el camino de barro, observando mi alrededor y llevando mi carga.
¿Qué vas hacer con esa puerta? me preguntó mi tio.
La necesito, tengo que llevarla al otro lado.
Respondí. Y seguí caminando sin desmayar.
Muchas veces queremos desacernos de nuestras cargas, porque el camino esta lleno de lodo, y no hay quien te ayude, solo tu y tu carga.
Y muchos te cuestionan y te dicen: deja eso, para qué vas a llevar esa carga, sueltala.
Pero solo tu sabes que esa carga es tu salvación despues de pasar el rio, y sabes que la necesitas, y haces el esfuerzo sobrehumano para llevar tu carga que te va a garantizar protección y seguridad para ti y los tuyos.
Pero tienes que caminar con tu carga y pasar el río, no puedes abandonarla porque despues tendrás que regresarte a buscarla y quizás ya no la encuentres...
Sigue caminando con tu puerta de hierro hasta cruzar el río.
Nos vemos del otro lado del río...
Las puertas son perlas...
El camino es de oro puro transparente como vídrio...
"Sus puertas nunca serán cerradas de día, pues allí no habrá noche."
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