EL COBARDE...
Eran las doce de la noche cuando llegó a su puerta e interrumpió su sueño. Ella preveía que podría llegar a querer quedarse otra ves, y se fué a dormir temprano, serían como las nueve y media cuando apagó las luces. Él estaba cerca, observaba, hablaba, como dando tiempo a que todos se fueran, la cobardía no le dejaba ni siquiera estar en su rancho, y mucho menos dormir allí. Es por eso que cuando el temor lo tomaba, bajaba buscando donde quedarse, aunque fuera en el piso, contar de estar acompañado, era el miedo de la soledad del espanto que le aterrorizaba y le consumía poco a poco. Ese mismo año había amenazado con quemar la casa y matarlos a todos, sin importarle nada. La locura ya es manifiesta en el cobarde, no se puede confiar en un cobarde loco, porque el miedo lo invade y la locura sale; es por eso que ella no quería volver a darle lugar a la cobardia, y llegó a las doce de la noche llamando y tocando la puerta, -abreme, abreme, que tengo miedo, no puedo dormir en mi rancho solo,- la cobardía lo estaba matando, era peor que un perro en navidad buscando donde meterse para echarse, porque los cohetes lo asustaban y le provocaban infartos perrunos. Asimismo mueren por infartos muchos cobardes que no puede controlar su miedo a la soledad del espanto.
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