La Huida...
Tenía que salir, no podía quedarme allí, todo el mundo en el suelo, presos del pánico, encerrados en una prisión de guerra. Balas llovían por doquier, allí la vida no valía nada para ellos, para mi valía mucho, pero estaba en su mundo, mundo al cual yo no pertenecía, la adrenalina se olía en el ambiente, los cobardes lloraban esperando la muerte, otros simplemente lo disfrutaban, yo esperaba el instante para saltar por encima de las ruedas, cuyo custodio tenía el poder para retenernos dentro del lugar. Entre las balas, sangres y muertos, el segundo al mando lo hieren en una pierna, cayendo de inmediato al suelo, dejando la entrada libre, era mi oportunidad para salir de allí, era la salida, dí un salto sobre las ruedas cayendo del otro lado del camino, y comienzo a correr por un pasillo largo buscando salir, llégo a un patio donde todo estaba en calma pero seguia dentro del recinto. Tenía que salir, tenia que buscar la salida, cuando de pronto, dóblo en un pasillo y salgo por el callejón de Benito, y la casa de Israel era la entrada a la prisión, pase frente a la Iglesia Bautista sabiendo que ya estaba afuera y seguí corriendo rumbo a la mosca buscando la patria, buscando la libertad...
Sentí un gran alivio estar fuera de aquel lugar horrible, cuyo sueño transforme en experiencia, solo disfrutenla a traves de esta escritura que se imagina y se siente cual viaje en la oscuridad de la noche...
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