Terremoto Apocalíptico...

Aquella mañana todo parecía normal, todo se hizo como de costumbre, algo se gestaba debajo del sudsuelo y casi de improviso, nadie lo sospechaba. 
Los perros del lugar se mostraban inquietos, los pajaros volaban de acá para allá, y cada quién en lo suyo; de repente, algo comenzó a moverse, había una sensación de mareos en el ambiente, era como si la tierra fuera una pequeña barca en medio del mar, todo comenzó a moverse suave y lentamente, luego se calmó un poco, se hizo un gran silencio, dando tiempo que todos se arrepíntieran y profirieran algunas palabras de misericordias para sus vidas, y luego todo comenzó.

La tierra comenzó a temblar de la fiebre ocasionada por los volcanes sudterraneos, luego se mezclaron el temblor con los movimientos de manera que nadie podía permanecer de pie, todo comenzó a caerse, desde el mas chico hasta el mas viejo, los enseres de la casa cayerón al suelo, las paredes se agrietarón, los cimientos se estremecieron, y luego vino el sacudón, que derribó todo lo que estaba de pie, casas, edificios, puentes, postes, arboles, era algo sín precedente, nunca visto, era la furía de la naturaleza, queriendo sacudirse de la soberbia y el envanecimiento de los que habitamos en ella.

 Luego, todo se calmó, un espeso humo negro se apoderó del ambiente, este tapó la luz del sol, quedamos todos en tinieblas, era como si la noche se hubiese adelantado al reloj, no había electricidad, no había agua, las calles quedarón convertidas en escombros, no había caminos, solo escombros y cuerpos de muchos que no pudieron escapar de la furia natural, algunos heridos tapados, mutilados, fracturados. Éstos gritaban en la oscuridad del desastre, era horrible el lugar, no se sabía a donde ir, nada estaba donde estaba, había mucha confusión en el ambiente, unos decían que había caido un meteorito, otros que Dios estaba haciendo justicia, otros que nos estaban bombardeando, y otros solo decían que era un terremoto apocalíptico.

Luego se oyó un estruendo muy fuerte, algo que venía arrasando con todo a su paso, era el estruendo de muchas aguas, que venían a barrer con tanto escombros dejados por el terremoto, un mega tsunami de proporciones gigantescas, un diluvio. ¿Ya no era bastante con el terremoto? Había que hacer una limpieza y el mar estaba dispuesto a colaborar, entró y barrío las ciudades, pueblos y campos, llevándose todo a su paso.

Sin embargo, muchos sobrevivieron al desastre, los que vivían en lugares altos como montañas y grandes bosques, de donde se podía ver como había desaparecido la civilización y sus deseos. Pero aún había vida, había esperanza, habían quedado la tercera parte de la tierra, dispuesta a seguir luchando por reconstruir una nueva sociedad basada en la justicia y la paz, conscientes de que existe un Dios que hizo los cielos y la tierra y todo lo que en ella hay...


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