La Cena y el Plato...
El Plato...
No era la primera vez que estaba en ese lugar, en otras oportunidades había asistido a una de sus cenas, no muy agradable por cierto.
Pero esta vez era diferente, un ambiente de clase, platos finos, y servicio gourmet, solo que el lugar no era el más apropiado. Estábamos dentro del templo.
Había una cola para que te sirviesen la cena, cada quién lleva un plato blanco grande, era una cena navideña, un plato muy conocido.
Yo cargaba un plato un poco más pequeño, ondulado, era blanco con borde dorado, cuando entrego el plato para que me sirvan, el servidor se admira como si se extrañara de ver uno de esos platos en medio de tantos platos blancos... No me sirven lo mismo que a los demás, sino que me sirven una exquisitez, algo que tan solo pensarlo se me hace agua la boca. Era un plato de dulces variados... la cual disfruté muchísimo sin dejar nada... Luego cuando termino, no había donde colocar el plato, salgo del lugar y voy a una casa detrás del templo para entregarlo, pregunto, y me dicen que no se reciben allí los platos... Luego entro por la parte trasera del templo y observo que cada quién esta arrodillado junto a su plato en el banco. Cosa que yo no hice, quería como fuera lugar dejar el plato en algún lugar, y así lo que hice, lo dejé frente al servicio de despacho, y salí de allí...
La cena...
Allí estaba ella sentada al final del restaurante, esperando mi llegada, algo me decía que algo no estaba bien. Me siento junto a ella y su cara me decía todo. quería desaparecer de allí...
Un incidente con un vaso había arruinado su vestido, la mesa manchada por doquier, un mesonero irónico pervertido acompañaba la velada, trayendo recuerdos del pasado... Era una cena de terror...
Pido la cuenta, y cancelo una y tres cosas mas, y más nada... Había que darle fin aquel momento terrorífico...
Te ha pasado algo similar, que la cena inolvidable se convierte en tan inolvidable que no te quedan ganas de volver... Y siempre vuelves, no al mismo lugar, pero sí vuelves a cenar...
No era la primera vez que estaba en ese lugar, en otras oportunidades había asistido a una de sus cenas, no muy agradable por cierto.
Pero esta vez era diferente, un ambiente de clase, platos finos, y servicio gourmet, solo que el lugar no era el más apropiado. Estábamos dentro del templo.
Había una cola para que te sirviesen la cena, cada quién lleva un plato blanco grande, era una cena navideña, un plato muy conocido.
Yo cargaba un plato un poco más pequeño, ondulado, era blanco con borde dorado, cuando entrego el plato para que me sirvan, el servidor se admira como si se extrañara de ver uno de esos platos en medio de tantos platos blancos... No me sirven lo mismo que a los demás, sino que me sirven una exquisitez, algo que tan solo pensarlo se me hace agua la boca. Era un plato de dulces variados... la cual disfruté muchísimo sin dejar nada... Luego cuando termino, no había donde colocar el plato, salgo del lugar y voy a una casa detrás del templo para entregarlo, pregunto, y me dicen que no se reciben allí los platos... Luego entro por la parte trasera del templo y observo que cada quién esta arrodillado junto a su plato en el banco. Cosa que yo no hice, quería como fuera lugar dejar el plato en algún lugar, y así lo que hice, lo dejé frente al servicio de despacho, y salí de allí...
La cena...
Allí estaba ella sentada al final del restaurante, esperando mi llegada, algo me decía que algo no estaba bien. Me siento junto a ella y su cara me decía todo. quería desaparecer de allí...
Un incidente con un vaso había arruinado su vestido, la mesa manchada por doquier, un mesonero irónico pervertido acompañaba la velada, trayendo recuerdos del pasado... Era una cena de terror...
Pido la cuenta, y cancelo una y tres cosas mas, y más nada... Había que darle fin aquel momento terrorífico...
Te ha pasado algo similar, que la cena inolvidable se convierte en tan inolvidable que no te quedan ganas de volver... Y siempre vuelves, no al mismo lugar, pero sí vuelves a cenar...
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