Cuando duele el alma.

Cuando duele el alma, 
el pecho te aprieta, 
el llanto cuesta que salga 
y la tristeza te embarga.
Cuando duele el alma, 
el sol se oscurece, 
los sueños se disipan 
y las flores  se marchitan.
Cuando duele el alma, 
te desmotiva, 
te entregas
 y te lamentas.

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