Morir de Amor...
Hubiera muerto,
si la mañana no lo hubiera alcanzado,
la oscuridad lo hubiese devorado,
el dolor consume y seca los huesos,
cada quién se fue por su camino a descanzar en su morada.
El lugar era angosto pero profundo, al final estaba élla,
acompañada, ambas observaban hacia la montaña.
Cuando él míra; se queda extrañado de la perversión observada, eran tres contra una, no podia ver el espectaculo, éllas en cambio estaban acaloradas por lo visto, cuando de repente todo cambió. El lugar se iluminó de tentaciones, había para escoger, de todos los colores y todos los tamaños, a él lo atrapan dos, una blanca y otra morena, élla en cambio queda para escoger entre diez y desaparece...
Mientras él, extrañado de lo que esta pasando, va saliendo del lugar para esquivar cada una de las tentaciones, logra salir, ya afuera, recuerda que su esposa está adentro, comienza a buscarla desesperado, pero hay muchas habitaciones, entra en varias de ellas donde cada quién hace lo suyo, pero no la encuentra, desesperado, pensando lo inevitable, sigue buscando entre la lujuria, la perversion y las orgías, pero no la consigue.
Luego una de las encargada de la fiesta, le pregunta a quién busca, mi esposa, busco a mi esposa... creo saber donde está, -dijo ella-. Tomando el control de la situación. Entra por un pasillo angosto y comienzan a ver tantas personas tiradas, desmayadas desde el más joven hasta el más anciano, totalmente acabados, estaban casi muertos, de tanta inmundicias, era una zona de guerra, guerra de sexos, donde la formalidad no existía, solo el animal se reflejaba en cada lugar recorrido.
Ella sonriente, díjo: Se logró el objetivo.
Él sorprendido replicó: ¡ se logró el objetivo!
- si, para eso han venido, casi todos vienen a lo mismo, a morir de amor, extasiados de sexo, por eso acuden a este lugar, para buscar el placer de su muerte.
Avanzaban más adentro del lugar y estaban todos como muertos, era una fosa profunda, ni seña de su esposa por ningun lado, solo el dolor de pensar que a ella le había ocurrido lo mismo que a todos, casi se desmayaba en caminar y buscarla por todos lados, pero su busqueda fue en vano, no la vió, no logró conseguirla entre la muchedumbre, solo y angustiado, esperó desfallecer del dolor en el alma, pero con una pequeña alegria de saber que escapó del placer de la muerte y del dolor agudo en su pecho, lo había alcanzado la mañana, lo despertó la luz, ella fue su salvación...
Habia sobrevivido a tan orrenda muerte, aunque adolorido del corazón, nadie sale ileso del pecado, ni siquiera de un sueño...
si la mañana no lo hubiera alcanzado,
la oscuridad lo hubiese devorado,
el dolor consume y seca los huesos,
cada quién se fue por su camino a descanzar en su morada.
El lugar era angosto pero profundo, al final estaba élla,
acompañada, ambas observaban hacia la montaña.
Cuando él míra; se queda extrañado de la perversión observada, eran tres contra una, no podia ver el espectaculo, éllas en cambio estaban acaloradas por lo visto, cuando de repente todo cambió. El lugar se iluminó de tentaciones, había para escoger, de todos los colores y todos los tamaños, a él lo atrapan dos, una blanca y otra morena, élla en cambio queda para escoger entre diez y desaparece...
Mientras él, extrañado de lo que esta pasando, va saliendo del lugar para esquivar cada una de las tentaciones, logra salir, ya afuera, recuerda que su esposa está adentro, comienza a buscarla desesperado, pero hay muchas habitaciones, entra en varias de ellas donde cada quién hace lo suyo, pero no la encuentra, desesperado, pensando lo inevitable, sigue buscando entre la lujuria, la perversion y las orgías, pero no la consigue.
Luego una de las encargada de la fiesta, le pregunta a quién busca, mi esposa, busco a mi esposa... creo saber donde está, -dijo ella-. Tomando el control de la situación. Entra por un pasillo angosto y comienzan a ver tantas personas tiradas, desmayadas desde el más joven hasta el más anciano, totalmente acabados, estaban casi muertos, de tanta inmundicias, era una zona de guerra, guerra de sexos, donde la formalidad no existía, solo el animal se reflejaba en cada lugar recorrido.
Ella sonriente, díjo: Se logró el objetivo.
Él sorprendido replicó: ¡ se logró el objetivo!
- si, para eso han venido, casi todos vienen a lo mismo, a morir de amor, extasiados de sexo, por eso acuden a este lugar, para buscar el placer de su muerte.
Avanzaban más adentro del lugar y estaban todos como muertos, era una fosa profunda, ni seña de su esposa por ningun lado, solo el dolor de pensar que a ella le había ocurrido lo mismo que a todos, casi se desmayaba en caminar y buscarla por todos lados, pero su busqueda fue en vano, no la vió, no logró conseguirla entre la muchedumbre, solo y angustiado, esperó desfallecer del dolor en el alma, pero con una pequeña alegria de saber que escapó del placer de la muerte y del dolor agudo en su pecho, lo había alcanzado la mañana, lo despertó la luz, ella fue su salvación...
Habia sobrevivido a tan orrenda muerte, aunque adolorido del corazón, nadie sale ileso del pecado, ni siquiera de un sueño...
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